Un reciente estudio publicado en la revista “ArthritisCare and Research” informa de que un programa de actividad física (AF) basado en ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento alivia la fibromialgia. Esta investigación se llevó a cabo durante cinco meses, con un programa que constaba de paseos, ejercicios acuáticos, trabajos en máquinas, actividades de resistencia y levantamiento de pesas. Todas las pacientes experimentaron una mejoría notable de los síntomas que padecían. Para estos investigadores del Instituto Harvard de Medicina (EEUU), quedó claro que el ejercicio es fundamental en la terapia de la fibromialgia.
Dada la individualidad de cada persona y su propia patología, ésta debe ser valorada en su situación clínica, no pudiendo darse un conjunto de ejercicios que sean válidos para todos. El tratamiento con AF requiere la participación activa de la paciente.
El ejercicio físico aeróbico (caminar, pedalear, nadar, bailar, etc.) mejora la resistencia cardiorrespiratoria, elevando el umbral del dolor. Éste se basa en actividades físicas rítmicas e ininterrumpidas, y de bajo impacto articular, a una intensidad controlada con pulsómetro que oscila en torno al 60% de la frecuencia cardíaca máxima teórica (220 – edad), con una duración del programa de unas 20 semanas y con una frecuencia de 2-3 sesiones semanales de entre 30-60 minutos de duración, desarrolladas en días alternos.
El entrenamiento de fuerza mejora la fuerza máxima y explosiva, el umbral del dolor y el estado de ánimo. Deben realizarse ejercicios dinámicos y resistidos para los principales grupos musculares, a una intensidad progresiva de la carga de entre el 40 al 70% de la carga máxima movilizada en una repetición y disminuyendo el número de repeticiones desde 15 hasta 5, con una duración del programa de intervención de 20 semanas y una frecuencia de 2-3 sesiones semanales con 6-10 ejercicios por sesión desarrollados en un tiempo de unos 60 minutos de duración.
Los estudios basados en programas de actividad física en medio acuático, que incluyen ejercicios aeróbicos, de fuerza-resistencia y flexibilidad, a temperatura superior a los 30ºC, mejoran el umbral del dolor, la calidad del sueño, los niveles de condición física, la calidad de vida y la función cognitiva. La densidad del agua proporciona la resistencia requerida en los ejercicios aeróbicos y de resistencia muscular y la flotabilidad en el agua reduce el impacto articular. La duración del programa de 20 semanas, con una frecuencia de 3 sesiones semanales en días alternos y entre 45-60 minutos la sesión.
En cualquier caso, aquellos programas de ejercicio físico que incluyen entrenamiento específico de la fuerza, condición aeróbica y estiramientos, es decir, que combinan todas las manifestaciones de la condición física relacionadas con la salud establecidas por el Colegio Americano de Medicina del Deporte, parecen ser los más beneficiosos.
Los ejercicios solo de flexibilidad no han reportado evidencia científica en pacientes con fibromialgia.
No olvidemos, por último, la práctica del Yoga y del Tai-Chi.